Clase de literatura

La literatura fue la razón por la que hace ya siete años decidí estudiar el grado de Filología Hispánica, ya que leer es una de mis grandes pasiones, a pesar de que en la escuela su tratamiento no era algo que me apasionase. La educación literatura se limitaba a la lectura de un libro por semestre, con su correspondiente examen de lectura. Además, recuerdo vagamente haber estudiado también algo de historia de la literatura. Esto cambió ligeramente al llegar a Bachiller, ya que ahora la lectura y el examen venían acompañados de la teoría relacionada con la obra y comentarios de texto, conocimientos necesarios para superar la Selectividad.

Ocho años después, superado mi papel de alumna y convertida en proyecto de profesora de lengua y literatura, he tenido la oportunidad de ver la enseñanza de la educación literaria desde la otra perspectiva, la del docente. Creo que es una tarea complicada y en el centro en el que he estado los profesores trataban de incentivar la lectura de sus alumnos, aunque los métodos seguían siendo bastante similares a los que se usaban cuando yo era alumna. Variaba principalmente en que los estudiantes podían elegir, entre varias opciones, que libro querían leer. Asimismo, en Bachillerato se empleaban actividades más dinámicas y comunicativas para trabajar los textos de Selectividad.

En el futuro, cuando sea profesora, me gustaría conseguir que la mayoría de los alumnos disfrute de la literatura y formar alumnos con buena competencia lectora. Para ello creo que es importante tratar en la medida de lo posible de evitar ver la lectura como una obligación o una competencia más y presentarla como una forma de conocer, expandir nuestra visión y sobre todo disfrutar, por encima de análisis, teoría o exámenes. 

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